Imagínate con los ojos cerrados, sentado en las rocas de un río inhalando el aire más puro y tranquilo de la montaña. Respire hondo. Abra los ojos y venga a descubrir estas sensaciones en la realidad, a orillas del río Laboreiro, en un refugio único, restaurado a partir de un antiguo molino cuyo nombre adoptó de la antigua fábrica de chocolate que aquí funcionaba.
Su interior, cuidadosamente renovado, ofrece un confort contemporáneo sin sacrificar la autenticidad del lugar y de sus gentes, en un gesto de preservación cultural y medioambiental, en una historia que lleva consigo el tiempo que también enamora el presente.
Permítase oler el chocolate de este lugar que le encantará desde el primer paso. Le invitan el murmullo de las aguas cristalinas y sus ondulaciones en los acantilados, las cascadas del río Laboureiro y la montaña al fondo. En este paseo, no muy lejos, le seducirá el atractivo Poço Verde (Pozo Verde), del que podrá despedirse emprendiendo una caminata -quizá hasta la puesta de sol- por los magníficos senderos de los alrededores, en un tentador recorrido por la fauna y la flora de este magnífico escenario que es el Parque Nacional de Peneda-Gerês.
En otoño e invierno, el marco cambia y los colores otoñales (re)visten la naturaleza, donde tantas veces un hermoso manto blanco de nieve también se posa en un abrazo con el alma de las montañas. En esos momentos, es la chimenea la que llama. En su intimidad, siéntese y, con un libro en la mano y un vaso de alvarinho en la otra, déjese calentar por el calor de las crepitantes llamas.
La Fábrica de Chocolate invita a la contemplación y a la aventura. Aventúrese con nosotros!
El molino de la Fábrica de Chocolate comparte la belleza del lugar con otro antiguo molino, también restaurado. Ambos pueden reservarse individualmente o juntos en exclusiva.